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23 abril 2006

Bolivia: "descolonización" educativa




Los intentos de más de medio siglo para lograr una educación de calidad como un factor esencial de la superación del atraso de Bolivia continúan ahora en medio de una anunciada propuesta de "descolonización del proceso educativo".

Las nuevas autoridades bolivianas, que gobiernan desde el pasado 22 de enero, han comenzado al mismo tiempo una campaña para acabar con el analfabetismo con la ayuda de asesores de nacionalidad cubana. Mientras tanto, se mantiene el objetivo de incluir a la mayoría indígena de Bolivia en la vida moderna mediante la enseñanza en idiomas originarios durante la última década.

El ministro de Educación, Félix Patzi, declaró respecto al tema a la BBC que "la interculturalidad sólo fue interpretada desde el aspecto del idioma, pero no rescató a la población indígena para un proceso educativo mediante un adecuado contenido curricular".

El proceso al que se refiere Patzi comenzó en 1994 como parte de una reforma educativa cuestionada y resistida principalmente desde los sindicatos de maestros.

La "descolonización" educativa que piensa impulsar el ministro a partir del año 2007 se basa, además de la enseñanza en idiomas nativos, en que "los contenidos curriculares sean diseñados a partir de los contenidos indígenas, económicos, políticos y culturales sin descuidar el conocimiento universal".


La mayoría indígena de Bolivia habla principalmente las lenguas aimara, quechua y guaraní y habita en gran parte en áreas rurales donde se encuentra casi todo el 10% de analfabetos que oficialmente existen en el país.

Pero no sólo se trata de adaptar la educación a los idiomas nativos, sino que quienes hablan español tienen que aprender sobre los indígenas y comenzar a hablar su idioma y eso debe comenzar en los textos de enseñanza, explica Patzi.

Este planteamiento es compartido en parte por Enrique Ipiña, otro experto en educación, que fue ministro del área dos veces y que aplicó en 1994 la reforma a la que se refiere Patzi como incompleta.

Ipiña, quien fue ministro durante los comienzos de la aplicación del neoliberalismo en Bolivia, opina que "los únicos que hablan de fracaso de esa reforma son los sindicalistas docentes que perdieron sus privilegios".

Patzi e Ipiña, aunque políticamente están muy alejados, comparten también su visión de una educación vinculada a la producción. La educación básica en Bolivia es casi en su totalidad humanista y general, mientras los expertos plantean una formación técnica con base en las necesidades productivas de cada región.

Actualmente la educación primaria está prácticamente garantizada en Bolivia, según los datos estadísticos, pero la enseñanza secundaria no permite la adecuación a las exigencias del mercado de trabajo. "La educación debe estar ligada a la producción. La educación humanística es demasiado general. Debería haber un proceso de formación técnica especial. No depende tanto de las condiciones materiales", argumenta Patzi.

Según Ipiña, es necesaria "una escuela secundaria que esté orientada a la formación de técnicos medios y sólo en un 20 o 25 a la formación posterior de profesionales universitarios". En las escuelas, donde las concepciones de los expertos son llevadas a la práctica por los profesores, éstos opinan que hubo cambios positivos, pero no los suficientes.

"La educación bilingüe puede funcionar, pero lamentablemente no hay cooperación y ayuda en las instituciones públicas. Por ejemplo, en las prefecturas o los municipios, los letreros, los avisos sólo están en español, no están en los idiomas originarios", dijo a la BBC el profesor Martín Vila, que enseña hace 23 años.

La mayoría de los docentes tiene un pensamiento tradicional, aquí todavía impera la enseñanza machista, no se la involucra a la mujer como partícipe del quehacer educativo. Los docentes nos resistimos, la mayoría, al cambio", dice Vila.