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31 diciembre 2005

Carrera hacia el desastre climático

Por Stephen Leahy
TORONTO, dic (IPS) - Investigaciones realizadas en 2005, el año más caluroso del que se tenga registro, confirman los peores temores de la mayoría de los científicos, que urgen a tomar acciones internacionales urgentes e innovadoras en materia de cambio climático.

Pero ni la necesidad de acciones ni el sentido de urgencia fueron evidentes cuando, en el último mes del año en la ciudad canadiense de Montreal, representantes de 189 naciones pasaron dos semanas discutiendo sobre el asunto.

Se trató de la Undécima Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, aprobada en 1992, y de la Primera Reunión de las Partes del Protocolo de Kyoto, firmado en 1997 y en vigor desde febrero.

Aunque las deliberaciones concluidas el 9 de diciembre fueron ampliamente aplaudidas como un éxito, tuvieron pocos resultados más allá del respaldo al Protocolo de Kyoto y un acuerdo para celebrar nuevas conversaciones.

"Como de costumbre, dominó el interés propio de los países, pero al menos no se descarriló el proceso", dijo a IPS Dale Marshall, experto de la no gubernamental Fundación David Suzuki, organización ambientalista canadiense que asistió a las conferencias.

El Protocolo de Kyoto obliga a las naciones industrializadas a reducir sus emisiones de gases invernadero, a los que la mayoría de los científicos atribuyen el recalentamiento del planeta, cinco por ciento anual respecto de 1990 entre 2008 y 2012.

Expertos manifestaron optimismo por la convocatoria a que todas las naciones, incluida Estados Unidos --que retiró su firma del Protocolo apenas comenzó el gobierno de George W. Bush, en 2001--, participen en nuevas conversaciones, dijo Marshall a IPS.

"Pero eso es un paso muy pequeño hacia las grandes reducciones de emisiones de gases invernadero que se necesitan", agregó.

Investigaciones publicadas en diciembre demuestran que el impacto del cambio climático es más rápido de lo que se pronosticaba. Esto sugiere que los peores escenarios de desastre pueden ser los más probables, a menos que haya una acción mundial concertada de reducción de emisiones.

Fotos tomadas este año desde satélites revelaron que el hielo del mar Ártico se redujo 20 por ciento respecto de 1978, aseguró el Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo (NSIDC) con sede en Boulder, de la estadounidense Universidad de Colorado.

La pérdida de hielo no es demasiado sorprendente, dado el aumento de cuatro grados promedio en la temperatura invernal del Ártico. Pero la magnitud y la velocidad del derretimiento carece de precedentes.

Estas noticias no solo son malas para los osos polares y los pueblos nativos del Norte.

"El Ártico es un importante conductor del ciclo climático de la tierra. El derretimiento que vemos será muy profundo en términos de cambio climático global", dijo el científico Ted Scambos, del NSIDC.

Es imposible pronosticar esos cambios con precisión, pero Scambos cree que el hielo del mar continuará derritiéndose.

La pérdida de ese hielo parece haber desatado un importante proceso de retroalimentación: la falta de hielo y nieve que reflejen la energía solar vuelven la región aun más cálida.

"Pensamos que la retroalimentación comienza a arraigarse y que vamos a ver una reducción acelerada del hielo marino", señaló Scambos en un comunicado.

El aumento de temperatura también conspira contra los tres metros superiores de "permafrost" (hielo permanente) debajo de los suelos altamente orgánicos de Siberia occidental. Así, surgen lagos gigantes y aumenta el caudal de los ríos.

Los hielos permanentes también se derriten en el noroccidental estado estadounidense de Alaska y en el norte de Canadá. Un nuevo estudio pronostica que alrededor de la mitad de los del hemisferio norte podría desaparecer para 2050.

El derretimiento de millones de kilómetros cuadrados de hielos permanentes liberará miles de millones de toneladas de metano, informó el Centro Nacional para la Investigación Atmosférica (NCAR), financiado por el gobierno de Estados Unidos.

El metano es un gas invernadero 20 veces más potente que el dióxido de carbono y acelera drásticamente el recalentamiento planetario. Un considerable derretimiento del permafrost tendrá un gran impacto sobre el clima, dijeron científicos del NCAR.

Por otra parte, las primeras mediciones directas de las capas de hielo de Groenlandia tomadas en diciembre revelaron una pérdida de 162 kilómetros cúbicos de hielo al año entre 2002 y 2005.

Este derretimiento supera todas las estimaciones anteriores, y tiene como consecuencia la elevación del nivel del mar, informaron científicos de la Administración Nacional de la Aeronáutica y el Espacio (NASA).

Sólo Groenlandia tiene suficiente hielo para elevar tres metros el nivel mundial de los océanos.

A comienzos de este año, científicos europeos informaron que, según el análisis de los centros helados de la Antártida, que la cantidad actual de dióxido de carbono en la atmósfera es 27 por ciento más elevada que cualquier máxima registrada previamente, considerando los últimos 650.000 años.

En un giro bizarro, la contaminación del aire hasta ahora ha amortiguado el impacto total de ese dióxido de carbono adicional, informó un equipo de científicos en la edición del 22 de diciembre de la revista Nature.

Así, diminutas partículas de carbono procedentes de la quema de combustibles fósiles y suelen causar enfermedades pulmonares, esparcen luz solar en los niveles superiores de la atmósfera e impiden que todo el calor del sol llegue a la superficie de la tierra.

El efecto total de estas partículas o aerosoles nunca antes había sido calculado. Las nuevas investigaciones estiman que el ahora denominado "efecto refrescante" compensa alrededor de 30 por ciento del recalentamiento producido por las emisiones de gases invernadero.

En otras palabras, sin una bruma de aire contaminado circunvalando la tierra, las temperaturas globales deberían ser 30 por ciento más cálidas ya mismo. Sin embargo, este paraguas para la contaminación se está debilitando.

Los controles de emisión de gases contaminantes originados por sus considerables consecuencias en la salud humana limpiaron el aire. Eso resultó bueno para los pulmones, pero malo para el clima global.

Reducir las emisiones es la única manera de evitar los peores escenarios previstos para el cambio climático, coinciden los expertos.

"El Protocolo de Kyoto no será suficiente. Las emisiones necesitarán disminuir 80 o 90 por ciento, más que cinco o 10 por ciento, para tener un efecto sobre los modelos. En términos de respuesta, Kyoto es apenas un punto de partida", dijo en noviembre ante el Parlamento Europeo Guy Brasseur, director del Instituto de Meteorología Max Planck, con sede en Hamburgo.

"Liderazgo político es todo lo que está faltando para reducir las emisiones entre 30 y 40 por ciento", dijo Marshall.

El público muestra más preocupación por el problema que los políticos. Pero una mayoría tiende a creer que, si el cambio climático es un problema verdaderamente serio, sus gobiernos actuarán, afirmó el experto.

La Fundación Suzuki y otras organizaciones ambientalistas encargaron un estudio detallado de cómo Canadá podría lograr, para 2020, reducir 25 por ciento emisiones de gases invernadero a las de 1990, y 80 por ciento menores para 2050.

Otros varios estudios también revelaron que las tecnologías existentes combinadas con políticas gubernamentales adecuadas podrían reducir las emisiones entre 20 y 40 por ciento, de un modo relativamente rápido y a un costo pequeño.

Pese a esos estudios, el público tendrá que presionar a los políticos para que tomen acciones, dijo Elliot Diringer, del no gubernamental Centro Pew sobre Cambio Climático Global, de Estados Unidos.

"Los europeos quieren conversar sobre cómo reducir 60 por ciento las emisiones mundiales, pero Estados Unidos está muy lejos de siquiera pensar en eso", dijo Diringer a IPS. "Revertir esto va a llevar 'una tormenta perfecta' de alineamiento político y presión pública".

Esa "tormenta perfecta" puede ocurrir en los próximos dos años, mientras miles de científicos climáticos finalizan los estudios que alimentarán el próximo informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC).

El informe de 2007 del IPCC será la evaluación autorizada y completa del cambio climático y su impacto.

Y nadie cree que habrá buenas noticias.

"Será mucho más difícil para los políticos no tomar acciones concretas cuando esto salga a la luz", dijo Marshall.

Tal como fue acordado en Montreal, los negociadores se reunirán en marzo para comenzar a negociar la reducción de emisiones de gases invernadero tras la expiración del Protocolo de Kyoto, en 2012.

Marshall piensa que un nuevo acuerdo con reducciones de 20 por ciento o más podrían ser completadas de modo relativamente rápido si hay suficiente presión pública.

"Pero hay un millón de maneras en que esto podría salirse de madre en los próximos años", advirtió. (FIN/2005)

26 diciembre 2005

ARGENTINA: El trabajo hogareño ahora paga


BUENOS AIRES, dic (IPS) - Limpian, cocinan, lavan, planchan y cuidan los niños, ancianos y enfermos. Todo lo hacen gratis. No son robots ni ángeles, sino mujeres encargadas de su hogar. Ese trabajo no mengua ni cuando llega la edad de retiro, pero al menos ahora en Argentina podrán acceder a la jubilación.

"Es una noticia formidable. Desde hace 20 años bregamos para que se reconozca que lo que hacemos las mujeres en la casa es un trabajo que se basa, fundamentalmente, en cuidar a los demás", declaró a IPS la presidenta del Sindicato de Amas de Casa de la oriental provincia de Santa Fe, Chavela Zanutigh.

De todas maneras, Zanutigh prefiere ser cauta. "Todavía la norma no se reglamentó y, cuando se haga, queremos que quede claro allí que si nunca aportamos al sistema previsional no fue por desidia sino porque jamás recibimos un ingreso por nuestro trabajo cotidiano", desafió la mujer.

El decreto presidencial, complementario de la ley sancionada en 2004, fue emitido a mediados de este mes y prevé que los trabajadores por cuenta propia, incluyendo las "amas de casa" como se les llama a las mujeres que atienden su hogar, puedan acceder a la jubilación mínima una vez alcanzada la edad correspondiente aunque no cumplan con los 30 años de aporte al sistema.

Muchos de los trabajadores y trabajadoras cumplían con el requisito de la edad, de 60 años para las mujeres y de 65 para los hombres, pero aún debían años de aporte.

Ahora, cuando se llega a la edad reglamentaria, el beneficiario o beneficiaria recibirá su jubilación y la deuda previsional que tenga se saldará mediante un plan de cuotas mensuales que se descontarán de esa pensión.

El pago mensual de jubilación mínima en Argentina es de 390 pesos (unos 130 dólares), y el descuento para estos casos nuevos no podrá superar 20 por ciento del ingreso total. Para muchas mujeres que superaron los 60 años y siguen a cargo de las responsabilidades domésticas, la norma despierta una gran expectativa.

"Imagínese, yo tengo 68 años y no sólo sigo haciendo todas las tareas de mi casa sino que además crío a mis nietos para que mi hija pueda salir a trabajar, les cocino y le ayudo con la limpieza a ella también", dijo a IPS Isabel Álvarez, una mujer que hace estas tareas gratis y que es candidata a recibir la nueva jubilación.

Pero los anuncios todavía no se difundieron con detalle. IPS consultó a la Administración Nacional de la Seguridad Social, encargada de las remuneraciones, y allí admitieron que "aún no hay información oficial" sobre cómo será el beneficio para las amas de casa que nunca aportaron al sistema previsional.

"Muchos todavía sostienen que la mujer que trabaja en su casa, en verdad, no hace nada", dice Zanutigh y, por lo tanto, se le niega un ingreso por su labor y también el derecho a jubilarse. "Se dice que se trata de una tarea que se hace por amor, pero eso no quita que deba tener un reconocimiento", argumentó.

"También es común escuchar que se dice que una mujer hizo pocos aportes porque 'trabajó hasta que tuvo los hijos', como si después de tenerlos la mujer no trabajara más, y en verdad sigue haciéndolo y quizás más que antes, solo que dentro de su casa", explicó.

El sindicato que lidera Zanutigh no reúne a mujeres que trabajan exclusivamente dentro del hogar. Entre sus integrantes hay profesionales y empleadas en diversos rubros. Pero casi todas comparten la "doble carga" de llegar a casa y ocuparse solas de la limpieza, de lavar la ropa o de supervisar la tarea escolar de los niños.

Para estas mujeres las tareas domésticas son parte de una identidad y rechazan la posición de organizaciones contrarias a la idea de estigmatizar a las mujeres en ese rol.

"Las mujeres que se oponen a este reconocimiento son feministas de los años 70 que resuelven el problema con una empleada doméstica", aseguró.

Según datos de las organizaciones que las congregan, en Argentina hay cerca de 750.000 empleadas domésticas que trabajan en hogares de clase media y alta. En 2003, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos informó que se trata de casi 15 por ciento de la ocupación femenina total.

Zanutigh consideró que, si se reconocieran las tareas de la casa con una remuneración y una jubilación para quien las realiza, se contribuiría a levantar la autoestima de muchas mujeres y se les abrirían otros horizontes, como por ejemplo la posibilidad de capacitarse en alguna tarea que le interese.

¿Cómo hacer para demostrar que una mujer trabaja en su casa? El sindicato considera que el pago de jubilación debe ser universal, ya que aun aquellas que trabajan fuera del hogar son responsables de las tareas domésticas. "El Estado tendría que ser el que demuestre que una mujer no trabajó en su casa, y no al revés", dijo.

La dirigente sindical también consideró que el beneficio debería otorgarse a aquellas personas que se ocupan de la "atención" de la casa, lo que incluye las tareas de limpieza pero también el cuidado de los niños, los ancianos y los enfermos. "Son todas labores por las que se paga en una sociedad capitalista", argumentó.

"Si esa tarea recae en un hombre, que el beneficio sea para él", desafió. Pero claro, las estadísticas indican que, al menos en este país, las labores de la casa recaen principalmente en ellas, sobre todo en los estratos más pobres de la sociedad, que constituyen casi 40 por ciento de la población total de hogares.

Según un estudio realizado en 2003 por el Centro de Estudios de Población, los varones que más participaban en tareas de la casa eran apenas seis por ciento de los encuestados y se involucraban en un porcentaje de la labor total que iba de 30 a 50 por ciento, con más intervención en el cuidado de los niños que en la limpieza.

"Esta escasa participación no varía mucho en hogares de distintos sectores sociales ni entre aquellos en los que las mujeres salen a trabajar", remarca aquel informe.

Por eso las mujeres del Sindicato de Amas de Casa consideran que esas tareas deben visibilizarse a través de un reconocimiento. "Si no es posible un ingreso universal, al menos que se brinde un mejor acceso a la vivienda, a la tierra, o al crédito para las mujeres que sostenemos la familia sin apoyo de nadie", defendió.