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06 enero 2007

Los expertos acaban de pactar el límite de 50 años para recurrir a la reproducción asistida


EL MUNDO (España)

La ciencia ha vuelto a demostrar que puede quebrantar ciertas leyes naturales con éxito. Porque gracias a ella una mujer andaluza de 67 años ha sido la última, y la de más edad, en sumarse a la llamada lista de madres añosas. Hace una semana daba a luz por cesárea a gemelos en un quirófano del Hospital Sant Pau de Barcelona, tras haberse sometido a un tratamiento de fecundación 'in vitro' (FIV) en América. Su caso ha reabierto el debate sobre si se debería limitar la edad a la que se puede tener hijos gracias a las técnicas de reproducción asistida, pese a que la legislación española no contempla ninguna barrera.
Aunque todos los expertos consultados por SALUD coinciden en que este caso excepcional es arriesgado y fuera de toda lógica, la realidad es que cada vez más mujeres españolas están estrenando la maternidad a la edad de ser abuelas. Una prueba de ello es que si en 1996 nacieron en nuestro país 286 niños de madres que habían superado los 45 (siete de ellas más de 50), en 2001, la cifra alcanzaba los 497, 26 de las cuáles superaban el medio siglo de vida. Todas decidieron dar este paso, pese a los riesgos, tanto para ellas como para sus hijos, asociados al embarazo y al parto tardíos. Tampoco fue ni está siendo un impedimento la propia ley de vida: son niños que perderán a sus madres cuando estén en plena adolescencia.
Por motivos profesionales o económicos, porque se producen segundas nupcias o porque se quiere disponer durante más tiempo de la libertad de la que disfrutan los que no poseen cargas familiares, las mujeres, no sólo españolas, están llevando al límite la edad a la que la Naturaleza permite ser madre. Algunas han estirado tanto la cuerda que tienen que recurrir a la ciencia para ver cumplidos sus deseos.
Tal vez la difusión masiva de los avances y éxitos logrados con las técnicas de reproducción asistida está provocando que, consciente o inconscientemente, muchas de ellas estén arriesgando su fertilidad porque pueden depositar su última esperanza en las técnicas de reproducción asistida.
Sin embargo, y pese a que algunos especialistas creen que es difícil juzgar como equivocada la decisión de cualquier mujer a dar vida a un niño a edades tardías, muchos otros, tanto de dentro como de fuera de nuestras fronteras, creen que no tiene sentido embarcarse en la maternidad en una etapa en la que las fuerzas físicas disminuyen día a día y las probabilidades de enfermar aumentan.
Pero, sobre todo, cuando irremediablemente, la madre ha vivido ya mucho más de la mitad de su vida. Para Rafael Bernabeu, presidente de la Asociación Nacional de Clínicas de Reproducción Asistida (ANACER), que cuenta con 26 centros asociados (de las cerca de 150 clínicas privadas existentes en España), casos como el de la mujer andaluza están fuera de toda lógica. «Es una frivolidad médica. Este hecho no abre ningún camino para la Medicina. No sólo es un riesgo para la madre, si no que sus hijos la perderán muy pronto. Estos niños se quedarán huérfanos en plena adolescencia».
El sentir del doctor Bernabéu es el mismo que el de otros especialistas. Como el que expresa Carmen Cuadro, jefa de la Unidad de Reproducción Asistida del Hospital Universitario La Paz de Madrid: «En la red pública el acuerdo alcanzado es el de no realizar tratamientos a mujeres de más de 40 años. Los motivos son porque, a partir de esta edad, las posibilidades de embarazo son muy escasas y habría que repetir los ciclos para lograr el éxito cuando los recursos de los que disponemos son escasos, algo que no sucede en la red privada. Pero, sobre todo, hay que poner límites de edad porque, aunque la mujer defienda su derecho a ser madre cuando ella quiera, su hijo también tiene el derecho de tenerla a su lado el mayor tiempo posible. Y nosotros, que ayudamos a traerlos a este mundo ,también debemos protegerlos a ellos». Otra de las consideraciones que valoran los expertos es que se debe tener en cuenta que la capacidad para atender a los hijos puede verse mermada por el paso del tiempo. Joaquín González, presidente del comité científico de ANACER, reconoce haber vivido de cerca, experiencias negativas en este sentido. «Hemos comprobado algunos casos de madres mayores que tras el nacimiento han tenido problemas para atender a sus hijos. Desde lumbalgias por coger en brazos a los niños a depresiones posparto severas. Pero lo más importante es el futuro de estos menores: tienen madres que son abuelas».Aunque los especialistas consultados no se atreven a valorar como negativo el impacto emocional y psicológico que puede suponer para un infante el que su progenitora sea demasiado mayor, sí hay indicios que permiten pensar que en algunos casos puede tener repercusiones.
No obstante, la verdad última sobre esta cuestión tal vez se revele cuando en un futuro próximo se realicen estudios sobre la nueva generación de hijos cuyas madres han ejercido un papel en la familia que tradicionalmente ha correpondido a dos personas: el de madre y el de abuela.
La Sociedad Española de Bioética recoge en su página web un artículo en que se afirma que «la procreación asistida, que empezó, como el remedio para que una pareja superara un problema de infertilidad, ha ido acogiendo deseos que ya no tratan de imitar la Naturaleza sino de forzar sus límites. Basta pensar en esas madres posmenopáusicas que gracias a la FIV [fecundación 'in vitro'] satisfacen sus deseos de tener hijos a una edad propia de ser abuelas».
SIN TOPE LEGAL
Juan Ruiz Canela, presidente de la Sociedad Española de Pediatría de Atención Primaria, argumenta: «Lo que importa en la atención a un menor es la calidad del cuidado y que se sientan protegidos y estos hechos no tienen porque no producirse por el mero hecho de que la madre sea de edad más avanzada, máxime cuando puede disponer de ayuda en casa. Lo que sí es cierto es que se desconoce qué impacto puede tener para los niños de madres mayores, a diferencia de los de las que son más jóvenes, observar el deterioro físico de su progenitora, porque este declive se produce de forma más rápida conforme pasan los años. Otro hecho distinto es que estos niños van a perder a su madre en plena adolescencia cuando no es lo normal y precisamente en el momento que más la necesitan».
Mientras que en países como Francia está limitada la implantación de óvulos donados en mujeres que superen los 40 años, en nuestro país no se recoge esta limitación. Además, el hecho de que la esperanza de vida de la mujer haya aumentado ha sido uno de los argumentos esgrimidos para aplicar, en ocasiones durante años, los tratamientos de fecundación 'in vitro'. Sin embargo, también hay otras razones.
Las expresa Marcelo Palacios, fundador y presidente de la Sociedad Internacional de Bioética y ponente de la primera Ley de Reproducción Asistida (1988) durante su etapa como diputado socialista: «No establecimos ningún límite de edad porque pensamos que cómo les decimos que, aunque existen tratamientos para poder ser madre cuando la naturaleza se lo niega, no pueden recurrir a ellos a partir de cierta edad, porque no es idóneo cuando los hombres están siendo padres a edades muy tardías».
Sin embargo, este especialista reconoce que la cuestión polémica de poner un límite de edad estuvo encima de la mesa. «Debatimos fijar los 60 años como tope. Pero resultó muy complicado porque pensamos que establecer esta barrera era ir en contra de la libertad individual».
Dejaron esta decisión, según Palacios, en manos de los especialistas. «Pensamos que la mejor fórmula era que los médicos evaluaran minuciosamente a las candidatas y les informaran rigurosamente del tratamiento, sus posibilidades de éxito y los riesgos que corrían por el embarazo y el parto», añade.
Roberto Matorras, expresidente de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) y jefe de la Unidad de Reproducción Humana del Hospital de Cruces, Bilbao, explica: «Intentar limitar por los años de la mujer el acceso a las técnicas de reproducción asistida apoyándose en que ella puede tener problemas para la crianza de su hijo o causar un impacto psicológico negativo no es justo. Nadie se plantea que un varón no pueda ser padre a edades avanzadas como sucede en casos muy conocidos».
ACUERDO
Los argumentos que, por tanto, han empujado a la SEF a elaborar un documento en el que se recomienda limitar en los 50 años, la edad en la que se pueden aplicar las técnicas de reproducción asistida son otros. «El documento está ya en la imprenta y creo que se distribuirá el próximo mes a todas las clínicas. Se ha elaborado con el consenso de todos. En parte, las razones para su elaboración se basan en que las probabilidades de éxito de las técnicas cuando la edad va aumentando se van reduciendo significativamente. Además, están los riesgo para la madre y para sus hijos. Aumentan las posibilidades de que sufran aborto espontáneo, hipertensión durante la gestación, diabetes, entre otras muchas complicaciones». En el caso de los niños, también se disparan las complicaciones: prematuridad, bajo peso, mayor posibilidad de defectos genéticos, son algunos de ellos.
Este informe no es el único que va a salir a luz en este año recién estrenado. ANACER también ha elaborado otro documento en el que sus 26 clínicas han acordado no aplicar sus terapias a las mujeres de más de 50 años.
Pero no por tener menos años que los citados, existen menos peligros. Por ello, y tal y como explica Agustín Moreno, psicólogo de la Clínica Tambre. «Todas las parejas que por distintas razones acaban recurriendo a la FIV y que sobrepasan los 45 años pasan por una evaluación psicológica para la toma de decisiones. Los casos en los que se constata que la mujer no es emocionalmente estable y hay algún problema psicológico desaconsejamos la técnicax».
Este debería haber sido el caso de la mujer andaluza, según algunos expecialistas. «No creo que sea sensato ni que una mujer emocionalmente estable piense que no es una locura tener hijos a los 67. En este caso tenía que haber existido un claro examen psicológico y un consejo profesional que se adaptara a sus circunstancias personales», concluye Bernabéu.

Los problemas de la edad

- La infertilidad afecta a más de 800.000 parejas españolas. Cada año se registran 16.000 nuevos casos.
- Se calcula que todos los años cerca de 2.500 mujeres se someten en nuestro país a un tratamiento de reproducción asistida.
- Más del 40% de las mujeres que recurren a este tipo de técnicas para lograr un embarazo es mayor de 40 años.
- A partir de los 35, las posibilidades de concebir un hijo con síndrome de Down se multiplican por 10.
- La tasa de aborto espontáneo ronda el 74% en las mujeres embarazadas mayores de 45.
- Los hijos de madres añosas tienen más riesgo de nacer de forma prematura y de sufrir bajo peso.

04 enero 2007

El neoimperialismo



James Petras

El "Imperialismo" ha estado con nosotros durante mucho tiempo en sus varias expresiones y configuraciones. En épocas recientes, por lo menos desde la segunda Guerra Mundial, el imperialismo se ha asociado con el anhelo estadounidense de minar el anterior sistema colonial europeo y sustituirlo por un nuevo grupo de regímenes que son 'formalmente independientes', pero de hecho son estados-clientes de Washington. Este sistema imperial se ha descrito como "neo-colonialismo" puesto que los líderes locales son vistos como administradores del Estado al servicio de las multinacionales y bancos estadounidenses. El "imperio informal" de los EEUU fue construido y sostenido por tres pilares interrelacionados: (1) guerras e intervención militar, (2) operaciones encubiertas de espionaje (3) fuerzas de mercado, remiendos financieros de las instituciones financieras multilaterales (FMI, BM) y las agencias económicas del Estado imperial (Tesoro, Comercio, EXIM bank, etc).Las fuerzas impulsoras de la construcción del imperio estadounidense desde 1950 a 1973, fueron su complejo industrial militar y los militares. Desde principios de los años 70 a comienzos de los 80, la expansión imperial fue estimulada en gran parte por el crecimiento de su capacidad tecnológica militar, los bancos, las fuerzas militares subrogadas en Nicaragua, Afganistán, Angola, Guinea Bissau, Mozambique y los regímenes militares de toda Latinoamérica. De modo más destacado, los colaboradores políticos importantes en la URSS y Europa del Este, promovidos y financiados por agencias estatales y privadas, convirtieron las anteriores economías colectivistas en estados vasallos de los EEUU, integrados y subordinados a la OTAN y dirigidos por regímenes depredadores íntimamente ligados a los sindicatos internacionales del crimen aliados con el imperio estadounidense.El derrumbe de los regímenes colectivistas de Europa del Este y Asia Central y su subsiguiente conquista por medio de depredadores colaboracionistas dio un gran impulso al anhelo estadounidense, ensanchando su objetivo hasta 'la conquista mundial' - prevista por el "Nuevo Orden Mundial" de Bush padre después de la guerra del Golfo y la colonización del espacio aéreo Iraquí y la división de su territorio.El Imperialismo recibió el mayor ímpetu con las guerras balcánicas de Clinton, su arriesgada política nuclear con Corea del Norte, y la propagación mundial de la doctrina neoliberal. La Rusia de Yeltsin se convirtió en una casi dependencia de los EE UU y un arco de socios clientes desde el Mar Báltico (Lituania, Letonia, Estonia) pasando por Europa Central (República Checa, Polonia, Hungría) a los Balcanes (Macedonia, Montenegro, Kosovo, Albania) a Asia Central (Georgia), definió las nuevas fronteras del Imperio de Clinton.Tomó forma un "Neoimperialismo" construido alrededor de bases militares made in USA, especuladores financieros de Wall Street, clientes capitalistas depredadores en los "los países anfitriones" y colaboradores neoliberales en Latinoamérica, África y Asia.El final de la guerra fría fue el principio de una nueva y virulenta estirpe del imperialismo construido alrededor de un sentido de impunidad, una configuración de poder unipolar en la cual Washington se vio a sí mismo como el centro del universo. La política pública del "Nuevo Imperio" manejado por medio de directrices económicas dadas a los estados-cliente, chantaje político y amenazas económicas a los "aliados" Europeos y Asiáticos, así como acciones militares y actividades encubiertas contra 'estados débiles'.El "Neoimperialismo" adoptó una forma y sustancia diferentes con la llegada de George W. Bush al gobierno y la muerte de la burbuja especulativa de Wall Street. Las fuerzas motrices que apoyan la presidencia imperial cambiaron de los banqueros inversionistas de Wall Street al complejo de energía-petróleo y militar-industrial. Los conservadores partidarios de la economía de libre de mercado de la era imperial de Clinton fueron sustituidos por un gabinete dominado por ideólogos militaristas de ultraderecha. La construcción imperial por medio de los 'integrantes económicos' del Estado imperial fue sustituida por los ideólogos de la guerra permanente, conquistas militares y promotores-colonialistas (eufemísticamente "construcción imperial").El estado "Neoimperialista" se convirtió conscientemente en "imperialista" - algunos de los portavoces y publicistas abrazaron abiertamente la denominación y el poder imperial, aún cuando siguen atribuyéndole una misión "humanitaria".El Neoimperialismo en su variante militarista, que mira hacia las estrategias de guerra, la logística militar y la creación de enormes ejércitos y aparatos de seguridad con cuantioso incremento de los gastos en este sector.Los costos económicos y el deterioro de la situación económica son despachados sin mutismo: la recesión económica doméstica y la Euro-Japonesa son ignoradas. Guerra y terrorismo son todo lo que importa. Se planeó una secuencia de guerras imperiales: Afganistán, Irak, y otros objetivos señalados - el eje del mal 'señalado por el imperio', integrado en gran parte por estados independientes de los EEUU.La relativa autonomía del componente militar del Estado imperial en relación con la clase capitalista, particularmente sus sectores industrial y financiero, tiene un impacto importante sobre la mano de obra dentro de los EE UU y en todas partes.El régimen de Bush está vinculado principalmente a los sectores energía-petróleo y militar-industrial de la economía pero se asegura el apoyo de la mayor parte del resto de la clase capitalista por medio de fianzas judiciales, subvenciones, reducciones de impuestos masivas e intervención por cuenta de la patronal en conflictos laborales.El bloque cohesivo de capitalistas que gira en torno a la agenda del régimen militarista-imperialista de Bush, está reforzado por el apoyo de grandes empresas a la política neoliberal promovida en el exterior. Esta política proporciona el acceso irrestricto a los mercados, compras de lucrativas minas privatizadas, industrias y bancos y legislación laboral favorable que disminuye los costos e incrementa los beneficios. Sin embargo, igual que los negocios alemanes prosperaron en las etapas iniciales de la expansión imperial Nazi sólo para caer completamente por causa de sus sobredimensionadas operaciones militares y declinante base económica, también el imperialismo estadounidense ha acumulado desequilibrios comerciales, acrecentando los déficits presupuestarios y estancado su base industrial doméstica hiperdependiente del proteccionismo, subvenciones y cuotas sobre importaciones. El Imperio crece, pero la República declina y con ella las condiciones sociales de los trabajadores.




*Traducido por Ricardo Martínez.**James Petras es profesor de la Universidad de Binghamton, Nueva York y especialista en temas geopolíticos .