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15 febrero 2007

"América Latina vive entre el neocolonialismo y la integración"

Entrevista a Noam Chomsky


¿Cuál es su evaluación después de su breve gira alrededor de América Latina?
Tuve la oportunidad de constatar que en América Latina están teniendo lugar importantes desarrollos. Es la primera vez desde la conquista española, hace más de 400 años, que el subcontinente sudamericano se mueve hacia ciertas formas de integración.
Nunca se ha dado, no obstante el sueño de Bolívar. Después de la independencia política, los países de la zona vivieron fracturados de dos maneras. Por un lado, cada uno ha vivido separado de los demás. Por otro, también han estado divididos internamente por una pequeña clase social rica –por lo general descendiente de inmigrantes blancos– y una gran masa constituida por indios y negros.
La escasez de integración ha hecho difícil que América Latina pueda ser independiente del poder de los imperios occidentales –Estados Unidos, el más importante pero no el único–. Esto empieza a cambiar. Los países latinoamericanos están enfrentando sus problemas internos, pues tienen los peores estándares de calidad de vida del mundo. Y también intentan integrarse unos con otros. Este movimiento es lento y difícil.
Según su apreciación, el camino que le queda a América Latina es el de la unión de los países.
La integración es entre los países, pero va paralela a la superación de una aguda separación de clases. Es parte del mismo asunto. Los latinoamericanos son víctimas de un neocolonialismo, además de los enormes problemas internos que enfrentan.
Eso se ve muy claro si comparamos la región con los cambios en Asia Oriental en los últimos 50 años. Vamos a ver que América Latina es más rica en recursos, sin embargo, eso no ha influido en su desarrollo. En contraste, Asia Oriental ha tenido un rápido crecimiento industrial. Su sociedad es ahora una sociedad industrial. La diferencia es muy pronunciada y uno se pregunta por qué.
¿Qué otras diferencias ve entre Asia y América Latina?
América Latina tiene una de las peores calidades de vida del mundo, mientras que en el Extremo Oriente es diferente. En esta parte de América los países prácticamente no se responsabilizan de la vida y la salud de su población, mientras que en Asia sí lo hacen. La exportación de materias primas no ha significado para América Latina una mejora en la salud. Sin embargo, en el mismo período los países de Asia Oriental han capitalizado sus ingresos en programas de desarrollo como mejora tecnológica e impulso y protección a su industria.
Ellos han seguido el camino de las naciones desarrolladas como Estados Unidos, Inglaterra o Alemania, que tal vez no se rigieron por los principios liberales y sí por principios de protección y mejora de la tecnología. Países como India o China han realizado así un gran avance desde lo que eran en el siglo XIX.
¿Cómo describiría el liberalismo en América Latina?
América Latina ha estado capturada por patrones colonialistas. La fuerza del liberalismo es un regreso al siglo XIX, a que la región se quede en el Tercer Mundo. Los países del este de Asia no continuaron por el camino del liberalismo, sino por el de las naciones ricas –control de las inversiones y protección a su economía–, y se desarrollaron.
América Latina tiene los peores niveles educativos y de salud del mundo. Sin embargo, empieza a enfrentar estas dificultades a consecuencia de los movimientos sociales. Los gobernantes están moviendo sus países hacia la integración, lo cual es un proceso paralelo. Hay muchas mejoras –lentas aún– en lugares como Venezuela.
En su esquema de América Latina, ¿qué rol cumple el Perú?
El Perú debe escoger. En las pasadas elecciones vivieron ustedes una fractura. Este hecho es representativo del tipo de opción que debe realizar América Latina. Por un lado, está el de un modelo semicolonial de exportación de materias primas y recursos naturales, con grandes fracturas internas y con los países separados entre sí.
El modelo alternativo es moverse hacia una democracia social que superaría los problemas internos y que difiere del programa liberal. Significa también la integración de fuerzas y movimientos sociales de América Latina. En Ecuador y en Bolivia, pero también en el Perú está surgiendo algo que se le podría llamar nación indígena. Por primera vez la gente indígena se proyecta exitosamente en la vida económica y política de sus países. Esto resulta extremadamente importante. El Perú puede seguir ese camino. Esa es la clase de elección que debe asumir.
"Han convertido a un monstruo como Saddam en un ejemplo”
¿Qué piensa de teorías como las de Samuel P. Huntington, que describen la coyuntura actual como un choque de civilizaciones?
Huntington, en su libro Choque de civilizaciones, abordó más la división entre Occidente y el islam. Eso es irónico, pues Estados Unidos tiene una guerra con América Latina más tiempo que la que tiene con el islam. En el tiempo en que él escribió ese libro el más extremista país islámico era Arabia Saudita, un aliado cercano de Estados Unidos.
Fue conveniente, para unos, encontrar un conflicto entre Occidente y una religión. Ellos hicieron que llegara el choque con el islam. Se pueden identificar recursos que se persiguen al crear este desencuentro de Occidente y los musulmanes. Los más notorios impulsores son Osama bin Laden y George W. Bush, además de los aliados de ambos. Ellos potenciaron este conflicto con sus políticas.
En este escenario, ¿cómo es la relación de Estados Unidos con América Latina?
La relación con América Latina es algo distinta. El Gobierno de Estados Unidos –no su población– está muy contrariado con el desarrollo de América Latina y su giro a la izquierda. Norteamérica tiene varios instrumentos para controlar el subcontinente.
Tradicionalmente ha usado la violencia y el estrangulamiento económico. Ambos instrumentos se han vuelto débiles. La última vez que Estados Unidos impulsó un golpe de Estado fue en 2002 en Venezuela y no resultó. Económicamente, ahora los países latinoamericanos dependen menos de Estados Unidos, pues cada vez comercian más con China, por ejemplo.
¿Considera que la ejecución de Saddam Hussein por parte del Gobierno iraquí significa un retroceso a tiempos medievales?
El Gobierno de Irak es el de la ocupación militar. El gobierno de George W. Bush está aturdido, es incompetente y se distrae de sus propios intereses. Ellos son los creadores del desastre de Irak. Con esta ejecución han convertido a un monstruo en un modelo. Se ha ofendido al mundo, en especial a los musulmanes. Se le condenó por crímenes que cometió en un tiempo en que era apoyado por Estados Unidos *. Las personas del medio oriente saben eso.



* Se refiere a la matanza de civiles kurdos durante la década de 1980. En esa época Estados Unidos apoyaba a Irak en su guerra contra Irán.

La trama tras la silenciosa jugada del pacto Fujimori-García que presiona a Chile

EL MERCURIO Chile, domingo 11 de febrero de 2007

Desde Santiago, Fujimori articuló un acuerdo secreto con el Presidente peruano que no sólo contempla el respaldo de sus filas al actual mandato. También, la promesa de que no volverá a Perú hasta 2011. A cambio, García está haciendo valer su peso para convencer a La Moneda de que la extradición de Fujimori "no le conviene a nadie".

ANDREA SIERRA

Apenas Alberto Fujimori supo que Alan García era candidato a la Presidencia de Perú envió a su hija Keiko a una reservada reunión con el líder del APRA en su oficina en Lima.No fue el único encuentro. Con García instalado en Palacio Pizarro y Keiko como primera mayoría nacional parlamentaria, las negociaciones tomaron un rumbo más certero: el apoyo del fujimorismo a García a cambio de "custodiar y proteger a Fujimori", y evitar su extradición.También, García se comprometió a revisar los juicios pendientes para que el ex gobernante pueda regresar al país, mientras el "Chino" le aseguró que no cruzará la frontera hasta 2011.La idea era tentadora. Especialmente, porque el APRA sólo logra mayoría parlamentaria al sumar los 13 escaños del fujimorismo. Por su parte, el ex mandatario saldría "limpio" de este proceso, lo que fortalecería su imagen política en Perú, donde quiere volver a ser Presidente.Quienes fueran acérrimos enemigos consensuaron así una fórmula en la que ambos ganan, pero cuya viabilidad hoy depende de Chile, pues es la Corte Suprema la que debe decidir si extradita a Fujimori o no.Por eso, y flanqueado por el fujimorismo, García puso en marcha una maquinaria para convencer a La Moneda de la inconveniencia de enviar al ex Presidente a Perú.Los contactos fueron varios. Primero, la visita de Alan García a Chile donde habría tratado con la Presidenta Michelle Bachelet los efectos negativos que generaría la presencia de Fujimori en Lima."A Chile le conviene que García se fortalezca y pueda gobernar. Además, si Fujimori llega preso a Perú podrían avivarse sentimientos antichilenos, a la vez que está el riesgo de que Santiago se enemiste con la posible futura Presidenta, Keiko Fujimori, que postulará si no lo hace su padre", expresa un destacado fujimorista limeño.Aunque desde Lima afirman que el PS Ricardo Núñez tuvo varias reuniones reservadas con el Presidente García para conversar el "factor Fujimori", el senador negó haber tratado el tema con el mandatario. Sin embargo, dijo que "a título personal, mi opinión es que la extradición de Fujimori no le conviene a nadie".Si bien al interior de La Moneda hay coincidencias en que lo mejor para las relaciones con Perú es que Fujimori no sea extraditado, también hay discrepancias sobre la señal a enviar a la Corte Suprema, cuyo fallo definitivo se espera para mayo de 2007.Ello, porque la propia Bachelet no está convencida. En noviembre de 2005, cuando aún era candidata, lanzó duras declaraciones en contra del ex Presidente. En ese tiempo La Moneda estaba alineada con detener a Fujimori, alimentada por el entonces presidente Alejandro Toledo.Ahora es distinto, aunque la ministra Paulina Veloso es una de firme opositora de que Fujimori quede libre.Pero La Moneda está presionada. También Japón está decidido a defender a un ciudadano, a su juicio, "ejemplar", por liberar a 71 rehenes secuestrados por Tupac Amaru en la embajada de ese país en Lima.De hecho, cuando asumió Bachelet, la delegación japonesa planteó directamente el tema de la extradición a su entonces Ministro del Interior, Andrés Zaldívar.Las promesas del pacto"La extradición es el escenario que más fobia le produce al Gobierno actual", dice el analista peruano Jorge Bruce. Si el "Chino" queda detenido en terreno peruano, el fujimorismo se convertirá en opositor de García, pues deberá asumir la defensa de su líder ante el Estado.Preso en Perú, Fujimori podría pasar a ser una especie de "mártir", generando presión popular contra el actual Presidente.Los dos procuradores anticorrupción que llevaban en Perú el caso contra Fujimori, Ronald Gamarra y Antonio Maldonado, dejaron su cargo acusando al Gobierno de García de no querer realmente extraditar al ex mandatario.Pero hay más. García consiguió el quórum para darle al fujimorismo la tercera vicepresidencia del Parlamento, además de la presidencia de la Comisión de RR.EE., que quedó a cargo del ex abogado de Fujimori, Rolando Souza.Y cuando llamó a las 20 mujeres más representativas de Perú para abordar la discriminación, convocó a dos fujimoristas: Keiko y la congresista Luz María Cuculiza.A esto se suma que en todos estos meses, García no se ha pronunciado en público sobre el tema Fujimori. Además, la justicia de su país, que tuvo un año para entregar documentos clave para que la Suprema chilena estudie la petición de extradición, presentó los escritos exactamente el día antes de que venciera el plazo.Otros países en la miraEste fin de semana, Alberto Fujimori planea quedarse en Santiago. Los últimos días se ha paseado despreocupado por Los Vilos, Cachagua y Zapallar, convencido de que la justicia chilena no lo extraditará.Sin embargo, al ex Presidente le preocupa que La Moneda le pida, a cambio de que abandone Chile, donde se siente muy cómodo. Ello, porque el gobierno ya habría sugerido a Japón que intervenga para que Fujimori vuelva a ese país.El punto es que el "Chino" no quiere pisar suelo nipón por ahora, ya que la distancia sería perjudicial para su carrera política en Lima. Por eso, analiza alternativas en Latinoamérica para fijar su residencia. Entre ellas, Argentina, Ecuador e incluso Venezuela, pues el presidente Hugo Chávez se refugió en el Perú gobernado por Fujimori cuando debió abandonar Caracas después del frustrado Golpe de Estado de 1992.