BBC
SIDNEY (AUSTRALIA).- Cada 6,5 segundos el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) infecta a una persona. Cada 10 segundos otra muere por una enfermedad relacionada con el sida. "La ciencia nos ha dado las herramientas necesarias para prevenir y tratar esta epidemia de forma eficaz. El hecho de que no hayamos trasladado esta ciencia a la práctica es un fracaso vergonzoso de la humanidad". Directo y sin rodeos ha inaugurado el doctor Pedro Cahn, director de la Fundación Huésped en Argentina, la IV Conferencia Internacional sobre VIH, que se celebra por primera vez en Australia con la participación de más de 6.000 expertos.
"Menos de la tercera parte de los pacientes seropositivos tienen acceso al tratamiento en los países con bajos y medianos ingresos y aún menos acceden a los servicios de prevención. Con este panorama, el objetivo de lograr el acceso universal a las terapias en el año 2010 debe volverse una prioridad, aunque es difícil lograrlo", ha afirmado Cahn, quien argumenta que "no hemos sido capaces de construir la estructura necesaria para combatir el sida. En la actualidad la lucha contra el VIH debe ser un reto de toda la sociedad y no sólo de la comunidad médica".
Tras 25 años de una epidemia que los expertos consideran una de las más destructivas de la humanidad, con grandes consecuencias sociales, económicas y de salud pública, los devastadores números del VIH no dejan de crecer. Durante los últimos dos años, la prevalencia del VIH ha aumentado en todas las zonas del mundo. En áreas como Europa del Este y Asia Central y oriental el número de personas con VIH es hoy un 21% más alto que en 2004.
Convencidos de que para combatir al virus es necesario combinar investigación y prevención y de que "una buena base investigadora se traduce en políticas y programas eficaces" los organizadores de la conferencia, la Sociedad Internacional del Sida (IAS) y la Sociedad Australiana de VIH, han propuesto la Declaración de Sidney, una carta que esperan que firmen todos los participantes y en la que piden que "los gobiernos y los donantes destinen el 10% de todos los recursos que dedican al VIH a programas de investigación".
Los expertos han coincidido en que "la inversión para las investigaciones no puede estar a expensas de lo que sobre de los programas de prevención y tratamientos sino que debe tener sus fondos propios". Según David Cooper, Director del Centro Nacional de Epidemiología del VIH en la Universidad de Nueva Gales del Sur, "es nuestra responsabilidad como investigadores seguir mejorando los fármacos contra el VIH y los donantes deben comprender que un buen programa antisida sólo puede tener éxito si se sustenta en una investigación sólida que nos ayude a hacer el mejor uso posible de los tratamientos".
Un mensaje de esperanza
La cara optimista de la sesión inaugural de la conferencia la ha puesto el francés Michel Kazatchkine, elegido en febrero director del Fondo Global de la Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, un organismo que financia el 25% de todos los programas contra el sida que se llevan a cabo en el mundo. Kazatchkine se ha mostrado no sólo optimista, sino también esperanzado.
Después del ritmo de la danza aborigen que abrió la conferencia, Kazatchkine ha querido transmitir "un mensaje de esperanza que está basado en realidades. Hay esperanza porque todos los avances científicos y los nuevos fármacos antirretrovirales que se están investigando y sobre los que se debatirán en esta conferencia así lo demuestran. Hay esperanza porque hemos progresado mucho en cuanto al acceso al tratamiento en los países en vías de desarrollo, aunque todavía queda mucho por hacer, y hay esperanza porque el mundo está caminando unido como nunca antes lo había hecho para frenar la propagación del sida", ha señalado en su intervención.
En cuanto a los fondos destinados para luchar contra la enfermedad, Kazatchkine indica que "son necesarios más recursos para fortalecer los débiles sistemas sanitarios de los países más pobres e integrar la prevención en los programas contra el sida". Sin embargo, también ha reconocido que "debemos ser más cuidadosos y gastar esos recursos de manera más eficiente".
ONUSIDA estima que este año se necesitan 18.000 millones de dólares para dar una respuesta global a la epidemia de sida. La cifra asciende a 22.000 millones en 2008 y llega a los 23.000 millones de 2010. "Lo importante es que los donantes sostengan su compromiso en el tiempo y que el dinero se invierta en programas y recursos que funcionen a largo plazo y no en acciones puntuales", concluye el director del Fondo Global.
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