El ingreso laboral de las mujeres en América Latina y el Caribe equivale a 70 por ciento del ingreso de los hombres, pero a pesar de esa desventaja, el aporte femenino es fundamental para mitigar la pobreza, destaca la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
La Cepal señala en un documento que se necesitan políticas públicas que incentiven las obligaciones compartidas (corresponsabilidad) entre mujeres y hombres, tanto en la esfera pública como privada.
Ello, para que faciliten la vida laboral de ambos sexos, mejoren las condiciones de inserción femenina en el mercado de trabajo y favorezcan la participación activa de hombres en tareas domésticas no remuneradas, agrega.
En el documento El aporte de las mujeres a la igualdad en América Latina y el Caribe, presentado ante la décima Conferencia Regional sobre la Mujer que se celebra en Quito, Ecuador, apunta que la participación laboral de las mujeres es considerada como el fenómeno más importante del siglo XX.
Sin embargo, subraya, aún existen profundas desigualdades, ya que al menos 50 por ciento de las féminas mayores de 15 años no tienen ingresos propios frente a 20 por ciento de hombres en ese tramo de edad.
Además, apuntó, en la región el ingreso laboral de las mujeres equivale a 70 por ciento del ingreso de los hombres, y a esto se agrega que reciben pensiones más bajas, por lo que también sufren una desigualdad en el sistema previsional.
"A pesar de esa desventaja, el aporte femenino es fundamental para mitigar la pobreza, tanto si perciben ingresos monetarios como si hacen un aporte no remunerado al hogar", precisa la Cepal.
Expone que el acceso al mundo laboral de las mujeres se ve condicionado por el llamado impuesto reproductivo, que deriva del trabajo no remunerado que ellas realizan en los hogares, producto de un pacto no escrito por el que se consagró al varón como proveedor económico universal de las familias y a las mujeres como cuidadoras.
La Cepal señala en un documento que se necesitan políticas públicas que incentiven las obligaciones compartidas (corresponsabilidad) entre mujeres y hombres, tanto en la esfera pública como privada.
Ello, para que faciliten la vida laboral de ambos sexos, mejoren las condiciones de inserción femenina en el mercado de trabajo y favorezcan la participación activa de hombres en tareas domésticas no remuneradas, agrega.
En el documento El aporte de las mujeres a la igualdad en América Latina y el Caribe, presentado ante la décima Conferencia Regional sobre la Mujer que se celebra en Quito, Ecuador, apunta que la participación laboral de las mujeres es considerada como el fenómeno más importante del siglo XX.
Sin embargo, subraya, aún existen profundas desigualdades, ya que al menos 50 por ciento de las féminas mayores de 15 años no tienen ingresos propios frente a 20 por ciento de hombres en ese tramo de edad.
Además, apuntó, en la región el ingreso laboral de las mujeres equivale a 70 por ciento del ingreso de los hombres, y a esto se agrega que reciben pensiones más bajas, por lo que también sufren una desigualdad en el sistema previsional.
"A pesar de esa desventaja, el aporte femenino es fundamental para mitigar la pobreza, tanto si perciben ingresos monetarios como si hacen un aporte no remunerado al hogar", precisa la Cepal.
Expone que el acceso al mundo laboral de las mujeres se ve condicionado por el llamado impuesto reproductivo, que deriva del trabajo no remunerado que ellas realizan en los hogares, producto de un pacto no escrito por el que se consagró al varón como proveedor económico universal de las familias y a las mujeres como cuidadoras.
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