Los 27 jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea iniciaron en Bruselas una cumbre dedicada principalmente al controvertido proyecto francés de crear una "Unión por el Mediterráneo" y la lucha contra el cambio climático.
Analizarán crisis financiera
El presidente francés, Nicolás Sarkozy, y la canciller alemana, Ángela Merkel, tenían previsto presentar a sus colegas, durante una cena, las grandes líneas de este proyecto que pretende relanzar las relaciones entre las dos riberas del Mediterráneo.
Varios países, entre ellos Eslovenia, que ocupa la presidencia de turno del bloque, ya mostraron su escepticismo respecto a esta idea lanzada por Sarkozy durante su campaña electoral en 2007, aunque estén dispuestos a apoyarla.
Los Veintisiete analizarán además hasta el viernes otras cuestiones impuestas por la actualidad, como los temores a una crisis económica y financiera global y la fortaleza frente al dólar del euro, que sigue batiendo récords.
A su llegada para dos días de conversaciones en la cumbre, el primer ministro finlandés Matti Vanhanen dijo que los riesgos económicos "son ahora superiores a los del año pasado" debido a la creciente inflación y el petróleo más caro.
"No creo que podamos hallar en Europa gente que no esté preocupada por los altos costos de los combustibles", dijo el primer ministro estoniano Andrus Ansip.
"No creo que debamos empezar a ser hiperactivos", dijo el primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker. "Tenemos que observar cuidadosamente lo que sucede".
También se anticipa que reafirmarán su compromiso de implementar un pacto sobre el cambio climático. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, dijo a la prensa después de hablar con líderes sindicales y empresariales que no se modificará la promesa de reducir para el 2020 las emisiones generales de anhídrido carbónico en un 20 por ciento respecto de los niveles de 1990.
Agregó que su oficina está trazando planes más detallados para garantizar que se puedan cumplir esos objetivos, mientras los miembros del sector oriental de la UE se quejan de que no pueden implementarlos sin perjudicar sus economías. Esto podría determinar una reducción en las metas para algunas naciones que todavía tienen una infraestructura industrial anticuada y muy contaminante.
fuente: http://www.univision.com/content/content.jhtml?chid=3&schid=303&secid=304&cid=1467300
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