Los presidentes de Colombia, Alvaro Uribe, y de Ecuador, Rafael Correa, hicieron las paces este viernes en Santo Domingo, durante la Cumbre del Grupo de Río, pese a haberse enzarzado previamente en un duro altercado verbal.
La reunión estuvo centrada en la crisis regional desatada por el ataque militar colombiano contra una base de las FARC en Ecuador, a dos kilómetros de la frontera, que se saldó el sábado con una veintena de muertos, entre ellos el número dos de esta guerrilla, Raúl Reyes.
Al iniciarse la cumbre, Uribe, con gesto serio, mencionó una serie de cartas del ex número dos de las FARC, Raúl Reyes, obtenidas por el gobierno colombiano, que según él muestran los vínculos de esa guerrilla con el presidente Correa y su gobierno.
Uribe dijo que una carta al jefe máximo de las FARC, Manuel Marulanda, de parte de Reyes, menciona, además de varios contactos con Ecuador, "la ayuda electoral entregada a Rafael Correa" en las elecciones que le dieron la victoria al mandatario ecuatoriano.
"Carta de Raúl Reyes a comandante Marulanda: el presidente Correa expresa su voluntad de acudir con (el presidente venezolano Hugo) Chávez a la cumbre con usted", dijo Uribe citando otra misiva entre los líderes de las FARC.
"Atendimos visita de ministro Seguridad ecuatoriano, y trae saludos de presidente Correa para comandante Marulanda", añadió el mandatario colombiano con otro texto a Marulanda enviado por Reyes, mientras Correa, sentado a pocos metros denegaba con la cabeza, o sonreía.
Uribe, mostrando una gruesa carpeta, dijo que entregará los documentos que involucran a Correa con las FARC al propio gobierno ecuatoriano, a la Corte Internacional de Justicia y a la justicia de los países referidos.
En medio de las graves denuncias de Uribe, Correa abandonó el recinto en aparente reacción de esas afirmaciones, pero volvió a los pocos minutos y respondió con no menos contundencia, en un momento de gran tensión.
"Estas manos no están manchadas de sangre", empezó el mandatario ecuatoriano mirando fijamente a su par colombiano. "Rechazo que mi gobierno haya colaborado con las FARC, las mentiras se derrumban por sí solas", aseguró.
"Formemos una fuerza internacional para que controle la frontera que Colombia no sabe o no puede controlar con sus políticas militaristas", añadió.
"Comprométase a no agredir nunca más a un país hermano y termine con esas falacias", instó al presidente de Colombia, antes de añadir: "Su insolencia está haciendo más daño al pueblo ecuatoriano que sus bombas asesinas".
No obstante estas descalificaciones, unas horas después y tras sucesivos discursos de otros mandatarios de la región, entre ellos el venezolano Hugo Chávez instando a "detener una vorágine", Correa y Uribe dieron por superado la crisis con un apretón de manos.
"Con el compromiso de no agredir nunca más a un país hermano y el pedido de perdón, podemos dar por superado este gravísimo incidente", dijo Correa dirigiéndose a Uribe, quien se acercó a saludarlo.
fuente: http://www.univision.com/contentroot/wirefeeds/world/7425991.html
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