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05 diciembre 2006

Reflexiones sobre Noam Chomsky y el socialismo libertario (2/3)


Jan-David Gelles. (Profesor del Departamento de Economía de la PUCP)


(continuación)
Además de Chomsky, hay una serie de pensadores norteamericanos destacados que exponen ideas libertarias, o que simpatizan con ellas, como Michael Albert, Paul Avrich, Murray Bookchin, Howard Zinn, etc. (¡En este mundo tan norteamericanizado hasta la izquierda es norteamericana!).
Pero ¿tiene algún futuro el socialismo libertario? Es difícil responder a ese tipo de pregunta por el carácter activo que tienen los hombres y las mujeres, en tanto seres dispuestos a considerar e implementar reformas parciales e inclusive radicales en los sistemas económicos (y otros sistemas).
La creencia tan difundida de que la idea socialista se ha desprestigiado irremediablemente es errónea. Ese error fue cometido notablemente por Friedrich von Hayek en “The Fatal Conceit”, libro donde el economista de la escuela austriaca ofrece una crítica teórica (válida) al planeamiento centralizado; pero lo equipara con el socialismo sin distinciones de ningún tipo y no se ocupa del planeamiento descentralizado o coordinación de planes de producción y consumo.
En la realidad histórica, no han existido economías nacionales organizadas bajo principios libertarios; ergo, no hay evidencia clara que permita refutarlos. En contraste, sí existen casos exitosos a nivel microeconómico donde se han aplicado esas ideas. Por ejemplo, se puede mencionar el caso de los kibutz israelíes. Los estudiosos de ese experimento económico y social en Israel destacan los altos estándares de vida alcanzados en pocas generaciones por sus miembros (aún joven, Chomsky planeó, pero no concretó, un viaje para asentarse en esas cooperativas agrícolas e industriales).
Las recientes transformaciones parciales de muchos kibutz, en sentido capitalista, como resultado de decisiones tomadas democráticamente por sus miembros, aunque casi con seguridad equivocadas, demuestran el problema identificado antes sobre la capacidad de cambio del hombre y la consiguiente dificultad de siquiera predecir una dirección de cambio.
Tal vez la crisis ecológica global (cambio climático, destrucción de la capa de ozono, extinción de especies, escasez de agua, desertificación, agotamiento del petróleo…) termine quitándole prestigio al capitalismo y la humanidad se vea obligada a evaluar nuevas alternativas económicas como las esbozadas, en líneas generales, por Chomsky (y otros pensadores en la tradición libertaria).
Para finalizar, me queda solamente reconocer esa enorme deuda intelectual que tengo con Chomsky y resaltar el ejemplo personal que son su vida y obra, y aprovechar este portal electrónico para congratularme por la visita que efectuó a la Universidad Católica.

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