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14 diciembre 2006

A la salud de América Latina


BBC


América Latina es la región menos equitativa del mundo. No la más pobre. Sí la más injusta, la que peor distribuye la riqueza. Y, consecuentemente, una mala "distribuidora" de salud.
En la región, el 20% más rico de la población tiene un ingreso hasta más de 20 veces superior al del 20% más pobre.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en Bolivia, donde los más pobres son mucho más pobres, éstos sólo reciben un 2,2% de los ingresos totales del país.
En Brasil, donde los más ricos son mucho más ricos, el 20% de mayores ingresos capta el 62,4% del producto interno.
Peor aún, los países históricamente menos desiguales se están volviendo más injustos. Es el caso de Argentina, Costa Rica, Ecuador y Paraguay.
La salud no escapa a esta suerte de condena a la injusticia que, para las gentes del continente parece resultar, por lo persistente, irreversible y perenne.
Más para los que tienen más
En América Latina y el Caribe la inequidad en salud afecta principalmente a los grupos más vulnerables: personas en situación de pobreza, mujeres (que son generalmente las responsables de la salud en las familias), niños, grupos étnicos minoritarios, pobladores rurales.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) más de un cuarto de la población latinoamericana carece de acceso regular a servicios básicos de salud, y algo más de la mitad cuenta con algún seguro de salud, público o privado.

De acuerdo con la CEPAL, en Ecuador y Guatemala un 30% del gasto público en salud está destinado a los sectores más ricos, mientras sólo un 12% se dirige a los más pobres. Es decir, los que menos tienen deben gastar más para cuidar su salud.
En Perú el gasto público en salud se distribuye en forma pareja, lo que resulta en una desproporción, pues los grupos más pobres disponen de menos recursos y necesitan mayor apoyo estatal.
No es así en toda la región: Chile, Costa Rica y Uruguay destinan el 30% a la población de menores ingresos.
La distribución de los recursos en salud, y cómo ésta afecta a quienes viven en áreas con menor capacidad de atención, pero también a las personas que viven en las áreas con mejor provisión de servicios es el tema subyacente en el relato que de la salud argentina hace, desde Buenos Aires, Rosario Gabino.

En Perú, mientras tanto, la demanda supera la capacidad del sistema, que quedó chica frente al crecimiento de los centros poblacionales, tal como cuenta José Baig desde Lima.

Y desde Paraguay, Andrea Machain da cuenta de una alerta sanitaria declarada por las autoridades, a causa de la incapacidad del sistema de atender las necesidades de la población.

Reformas
En varios países de la región se han encarado reformas de los sistemas de salud, con el objetivo -según sus impulsores- de romper con la desigualdad. Para sus detractores, ampliarán la brecha entre los que pueden contar con una buena salud y los que no.
Chile es uno de los países que ha llevado adelante una gran reforma de la salud, a través de la implementación del plan de Acceso Universal con Garantías Explícitas (AUGE), destinado a los usuarios del servicio público. Sobre sus resultados y la respuesta que ha generado, Gilberto Villarroel escribe desde Santiago de Chile.
Desde México, Alejandra Noguez describe para BBC Mundo la situación de la atención médica en ese país, y cómo ha influido la puesta en marcha del Seguro Popular, un programa nacional para prestar servicios de salud a la población sin cobertura.
Objetivos
En 2000, la Asamblea General de las Naciones Unidas definió una serie de metas globales de desarrollo. Las llamó Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y puso como fecha para su cumplimiento el año 2015.

Entre los varios objetivos hay todo un apartado dedicado a salud. Incluye la reducción de la mortalidad materna y la mortalidad infantil; el control de enfermedades endémicas como el VIH/SIDA, el paludismo y la tuberculosis; y la prestación de servicios de salud (incluido el acceso a los medicamentos esenciales).
También definió objetivos que no son específicamente de salud pero que tienen un alto impacto sobre esta, como el acceso a los servicios de agua potable y saneamiento; y la reducción de la pobreza, el hambre y la malnutrición.
El abastecimiento de agua es un factor determinante en la calidad de salud. En América Latina y el Caribe un 11% de la población no tiene acceso a este recurso básico -un 31% en las áreas rurales-, y un 26% no accede a servicios de saneamiento.
Pero no todas son malas noticias. Algunos de los ODM están en vías de cumplirse en la región: entre 1990 y 2003 la mortalidad infantil bajó un 40%.
No obstante, estas mejoras no se han dado de igual manera en todos los países, ni entre diversos grupos sociales o regiones al interior de los países, lo que da razones para reconocer que la inequidad no ha sido superada.
Lo que falta
El problema de fondo en estos países sigue siendo la falta de acceso y de equidad. El cumplimiento de los ODM requiere que América Latina y el Caribe se vuelvan más justas. En muchos de los aspectos vinculados con la salud, parece ser un horizonte aún lejano.
En la región hay menos de 2 médicos cada 1.000 habitantes. Además, por cuestiones de accesibilidad muchas personas no puedan llegar hasta ellos. En algunos países la cifra de médicos es muy inferior: 0,25 cada 1.000 habitantes en Haití; 0,76 en Bolivia; 0,56 en Paraguay.
Peor es lo que sucede con las enfermeras, que deberían ser más que los médicos, puesto que son quienes funcionan de sostén -especialmente- de los pacientes internados. Hay 8,2 cada 10.000 habitantes, en toda la región.
Las camas hospitalarias también son insuficientes. Eso significa que no todos los pacientes que las necesitan las tienen. Hay 1,9 cada 1.000 habitantes. Aunque en El Salvador son apenas 0,5 y en Guatemala 0,7.
Y si la salud y el acceso a los servicios que la cuidan y promueven son derechos y objetivos a cumplir, también son condición de posibilidad del desarrollo global de las sociedades.
Pueblos con buena salud tienen mejores condiciones para trabajar, crear y crecer.


CIFRAS

561millones de habitantes en América Latina
125 millones sin acceso regular a servicios básicos de salud
Más de 61 millones sin abastecimiento de agua
Casi 146 millones sin servicios de saneamiento
2,4 millones infectados por el VIH
685 mil niños con el esquema de vacunación incompleto
370.000 casos de tuberculosis en 2002
850.000 casos de paludismo en 2003
1,9 muertes maternas cada 1.000 nacimientos

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